Luz en rojo, esa es la señal para que el espectáculo comience. Bolitas al aire, clavas dando vueltas, machetes afilados volando, cadenas con fuego trazando círculos. En el caso de los malabaristas, la gente los asocia como personas drogadictas, delincuentes e incluso ladrones de oficio por la noche.
Pero lo cierto es que son personas que viven del arte callejero, personas que disfrutan del malabarismo y que su única función motriz del por que hacen esas practicas es debido a la pasión que sienten al hacerlo. Si ellos quisieran, trabajarían en algo “formal”, como denomina la sociedad, pero su afán de demostrar el talento callejero concerniente al malabarismo de toda índole, los llevan a seguir un estilo de vida único, que pocas personas conocen.
Los estereotipos están presentes en la sociedad de forma marginal y lleno de criticismo. Esto se debe a que las personas suelen discriminar visualmente siguiendo como imagen lo que los medios de comunicación propugnan y lo que el entorno social ofrece como modelo. Lo cierto es que se necesita aplicar técnicas de observación y vislumbrar variables de manera objetivas para determinar, con empatía, lo que realmente hacen y son estas personas.
En la mayoría de casos, estas personas están acompañadas en grupos que varían entre 2 a 3 personas. Estas personas proceden tanto de Venezuela como de otras partes del mundo como es el caso de los uruguayos, chilenos, argentinos o colombianos. Lo que determinó que se encontrasen y practicar juntos dicho arte fue la percepción de independencia que los motivo a salir de sus casas y viajar dando la casualidad de compartir dicho “rubro”. Asimismo, cabe recalcar que este estilo de vida obliga a las personas que andan en grupo a compartir lo que recaudan en el día para poder lidiar con el sustento cotidiano. Es decir, que comparten las ganancias como si fuesen una “familia” y tienen gran consideración por el prójimo, es por ello que son muy solidarios y de alguna manera, ese factor determina su felicidad.
Éstas personas tienen familias pero el deseo de aventura y “vivir la vida” los motiva a practicar, desarrollar y cumplir su afición. Consideran al grupo que pertenecen como una familia mas. Es por ello, que son personas solidarias, empáticas, etc. Y que valoran lo que muchos otros consideraríamos pasaríamos por alto. Respetan sus propias leyes y coexisten con eso para lograr una plena armonía.
Y porque el Arte Callejero no es delito, hoy se estará realizando un Taller de Malabares en Casa Heñoi, ubicada en las calles Cnel. Bogado y Joaquín Estigarribia de Villarrica, de la mano de los artistas callejeros provenientes de Venezuela, Uruguay y Argentina, desde las 16:00 Hs. También se proyectará la película ''Noviembre'' que es una película de cine española dirigida por Achero Mañas y está argumentada de ésta forma: Empujado por un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, Alfredo decide crear una forma de "arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente viva con ellos el espectáculo". Su concepto del teatro empieza más allá del escenario, se traslada a las calles, cara a cara con el público, vive con ellos. Allí, en una plaza cualquiera, en un parque o en la avenida más comercial de la ciudad, Alfredo y su grupo "Noviembre" empezó la función que da vida a un sin fin de personajes...No hay límites ni censuras, solo ideas que deben lograr que el espectador deje de ser espectador y pase a formar parte de la representación, y sienta lo que ellos sienten en cada momento. El teatro como la vida, la vida como el teatro...ya no hay diferencia, solo pasión, nada más...
Arte Urbano o Callejero en Villarrica
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